El periplo europeo de Antonio Filosa, nuevo consejero delegado de Stellantis, ha firmado un nuevo capítulo con la visita a la planta de Trnava (Eslovaquia) en lo que está siendo una intensa gira europea que arrancó a finales de mayo en Francia y que le ha llevado también a Italia, España y Alemania -solo le queda Reino Unido y Polonia de sus plantas europeas-. En una decisión poco habitual en la alta dirección de la automoción, Filosa ha optado por dejar los despachos a un lado y pisar suelo de fábrica.
La última parada ha sido en la moderna planta de Trnava, operativa desde 2006 y especializada en vehículos compactos. Allí, acompañado por parte del comité ejecutivo de Stellantis —entre ellos, Jean-Philippe Imparato (responsable para Europa), Arnaud Deboeuf (Producción y Logística), Ned Curic (Tecnología e Ingeniería), Sébastien Jacquet (Calidad) y los responsables de marca Florian Huettl (Opel/Vauxhall) y Xavier Chardon (Citroën)—, Filosa ha querido trasladar su implicación directa en el reto industrial que tiene por delante el grupo.
La planta eslovaca, que produce ya modelos como el Citroën C3, el C3 Aircross y el nuevo Opel Frontera, se ha convertido en una de las piezas clave del despliegue de la nueva plataforma STLA Smart, pensada para vehículos pequeños y medianos tanto térmicos como híbridos y eléctricos. Con una capacidad anual de hasta 400.000 unidades y más de 3.000 trabajadores, Trnava encarna el tipo de sitio que Filosa quiere potenciar: flexible, orientado a volumen y con peso estratégico dentro del continente.
Vigo, clave para Stellantis, clave para Filosa
Hace unas semanas, el 30 de mayo, Filosa aterrizaba en Vigo, en su primera visita oficial a una planta española desde su designación. En la ciudad gallega, Filosa pudo comprobar la evolución del proyecto CustomFit, que abre nuevas posibilidades para la producción bajo demanda de vehículos comerciales ligeros. Vigo, que ensambló más de 531.000 vehículos en 2024 y representa cerca del 30% de las exportaciones gallegas, es hoy la planta con mayor volumen del grupo Stellantis en Europa Occidental.
Durante su recorrido, Filosa destacó la “madurez y capacidad industrial” del centro español, que podría jugar un papel aún más importante dentro del nuevo mapa estratégico de Stellantis, con foco en eficiencia, digitalización y electrificación. Fuentes internas de la planta apuntan a que la visita supuso también una oportunidad para abordar cuestiones logísticas y la posible incorporación de nuevas versiones electrificadas a medio plazo.
Sin apariciones públicas ni reuniones sindicales formales hasta el 23 de junio, Filosa ha preferido esta ronda “silenciosa” por los centros neurálgicos del grupo para medir el pulso a la organización desde su base productiva. De Sochaux a Mirafiori, pasando por Vigo, Rüsselsheim y ahora Trnava, el mensaje es claro: el próximo CEO de Stellantis no solo quiere liderar el cambio desde arriba, sino entenderlo desde dentro.
La conexión entre la visita a Vigo y la de Trnava no es casual. En el modelo industrial de Stellantis, ambas plantas representan dos pilares clave de su política de “producción flexible, electrificación escalable y proximidad al mercado”. Vigo por su capacidad y experiencia; Trnava por su agilidad para asumir nuevas plataformas.
El reto ahora será armonizar todas estas piezas con una visión global —la que Filosa ha prometido construir desde Europa— que permita a Stellantis mantener su segundo puesto en el mercado europeo, competir frente a la ola de fabricantes chinos y sostener márgenes en un contexto de transformación profunda.
